La acción es un elemento básico del cine. Cimenta firmemente un conflicto y ayuda a elevar los riesgos de cualquier historia. Ha existido en el cine desde sus inicios, con innumerables ejemplos en innumerables estilos diferentes. Es una danza de puños y furia, un ballet de brutalidad que nunca deja de cautivar al público. A pesar de su presencia en el cine, muchos descuidan su arte. Las escenas de lucha en el cine occidental han sufrido grandes cambios a lo largo de los años, pasando de cortes constantes y apenas desordenados, a obras de arte complejas y bellamente realizadas. Esta evolución es una historia de intercambio cultural, avance tecnológico y una creciente apreciación por el arte del diseño de acción, así que únase a mí en una pequeña exploración de la historia y algunos de los mayores impactos en este nicho pero hermosa forma de arte.  

Cortes rápidos y puños más rápidos

En la era de acción estadounidense de los años 80 y 90, las escenas de lucha eran a menudo un frenesí de actividad frenética. Se utilizaron cortes rápidos para enmascarar las limitaciones de los artistas y la coreografía. No se trataba del flujo de movimiento; se trataba del impacto de cada golpe y la rápida progresión de la pelea. Películas como “Rocky” y “Rambo” ejemplifican este estilo, donde la atención se centraba en el poder y la gloria de los victoriosos más que en la elegancia de la lucha.

A medida que iba evolucionando, el enfoque del cine occidental para las escenas de lucha fue marcadamente diferente. La coreografía era a menudo rudimentaria, y el énfasis se ponía más en el resultado de la pelea que en la estética de la batalla en sí. Los directores se basaron en gran medida en cortes rápidos, una técnica que no sólo compensa la falta de entrenamiento en artes marciales entre los actores sino que también ayudó a crear una sensación de urgencia y desorientación. Este método, aunque eficaz por sí solo, significaba que las peleas a veces se percibían como inconexas y carentes de fluidez.

En esa época, las escenas de lucha se consideraban con frecuencia una ocurrencia tardía, un recurso argumental necesario en lugar de una potencial muestra de arte. La atención se centró en hacer avanzar la historia en lugar de crear un espectáculo memorable. Como resultado, la acción a menudo carecía de elegancia y profundidad narrativa. Era una época en la que la confrontación física entre personajes tenía más que ver con la fuerza bruta y menos con la calidad de baile que ahora asociamos con las peleas cinematográficas modernas.

Ingresa  ‘The Matrix’: un cambio de paradigma

Luego llegó 1999, un año que cambiaría el cine de acción para siempre con el estreno de “The Matrix”. Dirigida por las Hermanas Wachowskis, esta película fue un momento decisivo. No fueron sólo los efectos del tiempo de bala los que cautivaron al público, sino también la forma en que se cartografiaron y filmaron las escenas de lucha. Inspirándose en gran medida en el cine de Hong Kong y el anime japonés, “The Matrix” mostró tomas largas e ininterrumpidas que permitieron a los espectadores apreciar plenamente la habilidad de los artistas marciales y la complejidad de la coreografía. Se aseguraron de que las escenas de lucha brillarán con todas sus fuerzas, tomando los guiones gráficos e incluso haciéndolos con el detalle y el cinetismo de un cómic, dando vida a esa vitalidad y fantasía. Con movimientos exagerados, un trabajo de cámara complejo y hermoso, y una energía exagerada, sus influencias y su propia pasión estaban a la vista.

Si bien los Watchowski fueron pioneros en este tipo de estilo en Occidente, no fueron los primeros en utilizar este tipo de técnicas. John Woo, con su violencia poética y tiroteos de ballet, aportó un nuevo ritmo a las secuencias de acción. Sus películas, como “Hard Boiled” y “The Killer”, mostraron una combinación de tomas largas bien compuestas y cortes rápidos que realizaban la intensidad de las escenas de acción. Jackie Chan, conocido por su ritmo cómico y sus acrobacias que desafían a la muerte, se inspiró en el Hollywood clásico para crear escenas de lucha que eran tanto un baile como un duelo. Su capacidad para combinar la coreografía con el uso de accesorios revolucionó la forma en que se construían y percibían las escenas de lucha. Cuando se trataba de anime, la fluidez de la animación permitía escenas de lucha que estaban limitadas únicamente por la imaginación. Películas como “Akira” y “Ghost in the Shell” presentaban secuencias de acción visualmente impresionantes y narrativamente convincentes.

El ascenso del diseñador de acción

A medida que las secuencias de acción se volvieron más complejas, el papel del diseñador de acciones se volvió cada vez más importante. Estos son los arquitectos de la adrenalina, los compositores del caos. El ascenso de diseñadores de acción como Brad Allan y Christopher C. Cowan ha sido fundamental en este cambio hacia escenas de lucha más experimentales y apreciadas. Brad Allan, un talento prodigioso y miembro clave del equipo de especialistas de Jackie Chan, aportó un nivel de autenticidad e innovación a su trabajo que ha dejado un impacto duradero en la industria. Su trabajo en películas como “Kingsman” y “Scott Pilgrim vs. the World” mostró su capacidad para crear escenas de lucha exageradas y estimulantes, lo que le valió un lugar venerado en el panteón de los coreógrafos de acción. La película “Kingsman” específicamente se ha vuelto icónica por sus inventivas escenas de acción, como la masacre de la iglesia, que fue un ballet de violencia meticulosamente elaborado, demostrando un nivel de creatividad y precisión que se ha convertido en un punto de referencia para las secuencias de acción.

Christopher C. Cowan, quien comenzó a mostrar su talento en YouTube para luego trabajar con Brad Allan, también ha hecho contribuciones significativas al campo de la coreografía de lucha. Su trabajo en proyectos como “Shang-Chi” demuestra una profunda comprensión del ritmo y el flujo del combate, aportando un nivel de detalle y arte a las escenas de lucha que resuenan tanto en el público como en la crítica.

Conclusión

La evolución de las escenas de lucha en el cine occidental es un testimonio del poder del intercambio cultural y la búsqueda incesante de innovación. Desde los cortes rápidos de antaño hasta las fluidas coreografías inspiradas en el anime y el cine oriental. Hoy en día, la acción ya no es una ocurrencia tardía. Es un elemento central de la narración en el cine. El papel del diseñador de acciones se reconoce como esencial y se celebra su trabajo. Al mirar hacia el futuro, una cosa es segura: la danza de luces y sombras que se desarrolla en el teatro a oscuras seguirá cautivando, evolucionando e inspirando.

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By Connie Corona