Ni para payasadas, ni para payasear. El lugar ostenta ser el motel más tenebroso de los Estados Unidos y no es para menos. Está construido al lado de un cementerio y cerca de una mina abandonada. Elementos que ni el mismo Stephen King despreciaría para una de sus historias.
La historia comienza con una mina que da origen al pueblo de Tonopah, en el estado de Nevada. La gente comenzó a trabajar en la mina y así surge dicho lugar, que en 1905 fue azotado por una plaga de neumonía que provocó la muerte de muchos obreros y familiares que terminaron sus días en el cementerio; paralelamente un terrible incendio dentro de la mina acabo con la vida de muchos de los que trabajaban ahí, en aquellos años, pero estos incendios fueron recurrentes y en 1942 un minero perdió la vida en uno de estos incendios. Este minero tenía una importante colección de payasos y aquí comienza la leyenda.
El motel ha pasado por varios propietarios y la colección de 150 estatuas de payasos terminó incluso en Las Vegas. Los hijos de aquel coleccionista compraron finalmente el motel, quienes incrementaron la colección a 2,000 piezas de memorabilia relativas a payasos. A raíz de una filmación que hizo el afamado programa Ghost Adventures, en el lugar, fue que comenzaron a ser más notorios los fenómenos paranormales en el lugar y que dicho programa logró detectar en sus grabaciones.
Se habla que en el sitio aparecen los espíritus de los mineros muertos o de los muchos seres que fueron enterrados en el cementerio que se encuentra al lado. Al menos 4 de sus habitaciones cuentan con fuertes testimonios de muertes trágicas en su interior; gente que pensando pasar ahí sus últimos días, murieron sin recibir ayuda médica, porque nunca pudieron hacer una llamada, suicidándose o bien huéspedes que enloquecieron por presencias paranormales.
Muchos huéspedes dicen que se escuchan murmullos dentro de las habitaciones, o se ven rostros en los reflejos de ventanas o en los cuadros; incluso puertas que se abren o cierran solas. Todo lo que se puede y debe esperar de un lugar fantasmagórico.
Pese a lo que se cree, el hotel siempre se encuentra lleno de fanáticos que esperan ser asustados por alguno de los viejos mineros que murieron en las cercanías o los que están enterrados en el cementerio de al lado y además de visitar la excéntrica colección de payasos, puedes adquirir un souvenir de la tienda de recuerdos que diga “Dormí en el Clown Motel”.
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By Daniel Torrance