Quizá durante la infancia de muchos, lo más cercano a tener un auto era una avalancha o quizá uno de esos coches que usan una batería y puede ser conducido por cualquier niño pero en Reino Unido llevaron esta idea a un nuevo nivel.
Se trata de un pequeño auto de dos plazas llamado Firefly Sport, que puede o no tener techo según lo que el cliente pida, que perite albergar dos niños de hasta 10 años en un vehículo de aspecto deportivo digno de lo que grandes marcas podrían tener entre sus modelos.
Su construcción se basa en aluminio para ser ligero y tiene tintes de auto deportivo al incorporar suspensión independiente y un desempeño de auto eléctrico…para los más pequeños. Su velocidad está limitada a 11 o 40 km/h dependiendo de la edad de su joven conductor y puede ser apagado por los padres en un rango de hasta 200 metros o al detectar algún obstáculo. Además, las personas a cargo de su desarrollo alguna vez trabajaron para Aston Martin, MG y Jaguar-Land Rover, entonces conocen bien cómo fabricar un coche aunque sea para niños.
La idea va más allá de la diversión pues parte del objetivo es crear consciencia en los niños sobre seguridad vial a la vez de ir introduciendo la idea de autos eléctricos como parte del presente y futuro de la industria. Su precio no ha sido dado a conocer pero dadas las características de este pequeño auto, será limitado para uso en áreas privadas.
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