Un importante elemento visual de nuestros autos son los rines de aluminio. Cada vez son de diseño más elaborado así como de mayor tamaño y en años recientes, la moda es que sean bitono para darle una apariencia más conceptual al vehículo pero, ¿alguna vez te has preguntado cómo se fabrican?
Todo comienza con aluminio en un 97%, con una calidad específica para ser durable mientras que el 3% restante es una mezcla de titanio y magnesio. El aluminio se funde y ya que se encuentra en estado líquido, se vierte a una mezcladora donde argón es inyectado para que elimine hidrógeno, función elemental para que una vez sólido no presente porosidades una vez que se solidifique. Es aquí donde se le agregan los otros metales que también sirven para agregar solidez a la rueda.
Pasada esta etapa, se vierte la mezcla en el molde, el cual es diseñador por computadora tanto para visualizar el rin finalizado como para observar el flujo y temperatura del metal fundido con el fin de evitar fallas de producción.
El vertido curiosamente es de abajo hacia arriba mediante inyección a presión pues de esta manera es menos probable que se formen burbujas que al secar debilitarían al rin. A la mezcla le toma hasta 10 minutos tomar un estado sólido pero ahí no acaba todo, se somete a un horneado de 500 grados Celsius y luego sumergido en agua a 80 grados para volver a fortalecer el metal y finalmente, vuelto a calentar a 180 grados con el objetivo de que sea resistente al uso que tendrá. Una última inspección ocurre con agua a presión para verificar que efectivamente, no tenga aire atrapado o alguna ranura que podría resultar en un rin roto.
Los últimos pasos son pulir los bordes, darle los diseños finales que suelen tener muchos rines (como canales, hoyuelos o aberturas pequeñas) para luego darle color y una capa de brillo que también sirve de protección a los elementos de la naturaleza.
Al día de hoy, los rines de mayor diámetro son de 23 pulgadas y el hecho de ser fabricados en aluminio los hace más ligeros y por tanto ofrecen mejor manejo a comparación de los rines de acero, que suelen ser encontrados en autos económicos o llantas de repuesto.