La CDMX tiene una fórmula curiosa: mientras más te sumerges en su caos, más ganas te dan de escapar… pero sin salir. ¿Y si el secreto no está en irte lejos, sino en subir?
Porque arriba, la ciudad se siente diferente. Los cláxones suenan bajito, el aire corre más libre, y de pronto, todo tiene otro ritmo. Menos prisa, más vibra. Bienvenido al universo de los rooftops chilangos: esos rincones en lo alto donde los días bajan la velocidad y las noches se alargan sabroso.
Si aún no te has rendido a su encanto, aquí te va una guía para hacer de las alturas tu nuevo spot favorito:
No es lo mismo ver la ciudad desde la banqueta que desde una terraza, copa en mano y con el cielo como techo. Hay algo casi terapéutico en observar las luces desde arriba: el bullicio se siente lejano, como si alguien le hubiera bajado el volumen al caos. En ese silencio a medias, las cosas parecen tener otro ritmo, más amable.

Algunas terrazas ofrecen esa experiencia sin necesidad de filtro:
- En el Centro Histórico, por ejemplo, Círculo Mexicano y Terraza Catedral te permiten ver el corazón de la ciudad desde un ángulo privilegiado.
- En la colonia Juárez, lugares como Supra o Balmori mezclan cocteles bien servidos con arquitectura contemporánea y una selección musical que te invita a quedarte más tiempo del que planeabas.
- Mientras tanto, en la Roma o la Condesa, las terrazas tienden a ser más acogedoras, con un ambiente menos escandaloso y más pensado para perderse en la atmósfera.

La hora del día puede transformar por completo la experiencia.
- Por la tarde, entre las 6:30 y las 8:00, el cielo se tiñe de tonos cálidos y da paso a esa dorada llamada golden hour, ideal para llegar con calma, pedir algo fresco y ver cómo la ciudad cambia de color. Conforme cae la noche, la energía sube.
- A partir de las 8:00 pm, las luces se encienden, los beats suben de intensidad y el mood se transforma: lo relajado da paso al ritmo.
- Y si eres de los que prefieren empezar el día con vista, hay rooftops que abren desde temprano los fines de semana, perfectos para disfrutar un brunch con chilaquiles y horizonte.
Subir a una terraza es también elevar el ánimo. Hay una vibra especial en el aire, algo que te relaja casi sin darte cuenta. Si vienes bajoneado, un cóctel con romero y naranja puede cambiarte el día. Si estás celebrando, la música en vivo o el DJ suave le dan chispa sin que parezca que estás en un antro. Y si lo único que necesitas es pensar, hay rincones con sombra donde basta mirar el cielo para encontrar respuestas.

Además de lo que ves y sientes, hay detalles que completan la experiencia. Las bebidas de autor sorprenden con ingredientes que jamás pensaste que combinarían tan bien, y los platillos, desde sliders hasta postres, saben mejor con viento en la cara. Las luces cálidas, las sillas cómodas y los pequeños gestos de diseño invitan a quedarte otro rato.

Terrazas según tu mood:
- Para un date tranquilo: Terraza Cha Cha Chá o Toledo Rooftop, donde la conversación fluye sin que el ruido la ahogue.
- Para ver y ser visto: Supra, Cityzen o Terraza Timber, donde los tragos sofisticados y la estética instagrameable son parte del plan.

Tips para subirla mejor:
- Si es viernes o sábado, reserva con anticipación; las filas no perdonan.
- Aunque abajo haga calor, lleva un suéter ligero. El viento allá arriba no perdona.
- Elige tu outfit con cariño: no solo es una salida, también es una forma de sentirte bien contigo.
No necesitas boletos, ni carretera, ni un Airbnb fuera de la ciudad. A veces solo hay que subir unos cuantos pisos para que todo se acomode. Para que la CDMX se vea menos intensa y tú más tú. Así que la próxima vez que necesites un respiro, no mires lejos. Mira arriba.
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By Sasha Osuna